La natación es uno de los ejercicios físicos más recomendados para las mujeres embarazadas por su seguridad y por los numerosos beneficios que aporta a la salud. Entre otros, alivia las molestias, mejora la circulación sanguínea y la capacidad respiratoria y contribuye a reducir el riesgo de diabetes gestacional. Por otra parte, también aporta bienestar emocional, ya que reduce el estrés y la ansiedad y mejora el sueño.